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FACARA

Federación de Asociaciones y Cámaras de Ascensores
de la República Argentina

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Japón – Por qué Japón fabrica los ascensores más veloces

En las últimas décadas, los japoneses han logrado renombre por la ingeniería de algunos de los ascensores más veloces del mundo. De hecho, de los ocho más veloces, cuatro fueron desarrollados por fabricantes japonesas. El último ejemplo a modo de referencia proviene de Hitachi, que recientemente anunció un sistema que transportará visitantes desde el lobby al piso 95 en solamente 43 segundos!

Ubicados en el Guangzhou CTF Finance Center en China, un rascacielos comercial de 111 pisos programado para inaugurarse en 2016, los ascensores de doble cabina ascienden a un promedio de 1.250 metros por minuto o aproximadamente 72 km/h. Una vez en funcionamiento, el ascensor sobrepasará el récord de velocidad actual de 59 km/h, detentado por un par de ascensores de Toshiba instalados en el edificio Taipei 101 en Taiwan. Anteriormente, el campeón de la gran altura era un ascensor fabricado por Mitsubishi, instalado en la Yokohama Landmark Tower.

En total, el edificio de 530 metros albergará 95 ascensores, que incluyen 13 de alta velocidad que permitirán a los huéspedes frecuentar oficinas, habitaciones de hotel y otros espacios residenciales. Bob Nicholson, arquitecto y fundador de la empresa de asesoría Architectural Elevator Consulting, con sede en Seattle, que no forma parte del proyecto, dijo que esta instalación record de ascensores será probablemente utilizada para un acceso exprés a una atracción popular, tal como el skydeck o mirador, ubicado cerca de la cima. Con esta funcionalidad limitada, Nicholson considera al proyecto como lo que en la industria se llama un trabajo “trofeo” destinado a aumentar la reputación de Hitachi como un jugador líder de la industria.

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“Yo supongo que los ascensores ultra rápidos cuestan probablemente alrededor de tres millones cada uno, pero no me sorprendería que los regalaran porque es la posibilidad que tiene Hitachi de presumir que tiene los ascensores más veloces”, comentó Nicholson. “Ahora estará en su catálogo, lo que les asegurará más contratos”.

En Japón, el negocio de trasladar a la gente en forma eficiente a su piso deseado es altamente competitivo, con cuatro compañías principales (Mitsubishi, Hitachi, Toshiba y Fujitec) que producen una cuarta parte de los ascensores del mundo. Se espera que el mercado del ascensor, que incluye escaleras mecánicas y caminos rodantes, ascienda en forma constante hasta los 111 billones de dólares en 2017 con su socio asiático, China, que se industrializa rápidamente, contabilizando cerca de la mitad del crecimiento del sector. Empresas encerradas en una carrera continua hacia la cima son sin duda conscientes de cómo tales “derechos de fanfarronear” pueden afectar el resultado final.

La notable destreza de Japón en el diseño nació en parte de su situación geológica única. Tokio, por ejemplo, descansa a lo largo de la peligrosa zona que rodea la volátil línea tectónica media. Después de haber sido sacudida varias veces por terremotos en 1992 y 2005, los ediles de la ciudad presionaron a los constructores para actualizar todos los, aproximadamente 150.000 ascensores que tiene con un número de tecnologías de salvaguardia, tales como sensores que pueden detectar el minuto inicial de las vibraciones que señalan el inicio de un temblor mayor.

Esto permite al ascensor adelantarse al riesgo de que los ocupantes queden atrapados llevándolos al piso más cercano. En comparación con los Estados Unidos, particularmente las afueras de California, los ascensores son construidos utilizando guías más fuertes y gruesas diseñadas para resistir actividad sísmica violenta, explica Nicholson. También, los ascensores japoneses se han ganado la reputación de ser sorprendentemente suaves en su marcha. Nicholson lo atribuye a los diseñadores que prestan especial atención a la alineación del sistema y someten sus modelos a rigurosas pruebas de campo. Fujitec, que proclama ser quién hace los ascensores “más suaves del mundo”, asegura que sus sistemas pasan lo que se llama “la prueba del níquel”. La prueba comprende a un técnico que pone una moneda de un níquel en el piso, parado en su borde y hace que el ascensor viaje desde un extremo al otro de su recorrido. Si la puerta se abre y el níquel todavía está parado sobre su borde, el ascensor ha pasado la prueba. Son precisamente todas estas ventajas las que permiten a compañías como Hitachi subir de nivel e impulsar mayores velocidades. Entre sus características más innovadoras encontramos, en su última versión: un poderoso y delgado motor de imanes síncronos, combinados con una máquina de tracción compacta con cables más delgados y fuertes, que ayuda a reducir el peso total; rodamientos en las guías que detectan y corrigen la más mínima vibración; un sistema de ajuste por presión de aire que minimiza fluctuaciones en la presión de aire que produciría que se rompieran las membranas del tímpano.

Aunque impresionante, Nicholson señala que el récord de “velocidad de movimiento” se aplica sólo para el ascenso. El descenso es otra historia, con velocidades drásticamente reducidas a un límite de 700 metros por minuto, probablemente por razones de seguridad. Mitigar el aumento en la presión del aire durante el descenso es difícil, dice él, y requeriría un sistema de presurización del aire parecido al que se usa en aviones comerciales.

Hitachi no responde a solicitudes de entrevista.

Nicholson predice que probablemente veremos durante la próxima década ascensores de alta velocidad ultra-equipados con un sistema de este tipo para mejor control de la presión de aire. “La clave no es sólo desarrollarla”, dice, “ya sabemos que eso es posible. Sólo tenemos que encontrar la manera de que sea rentable”.
En última instancia, esto puede llegar a ser la carrera más importante de aquí a entonces.

Fuente: Washington Post