En la década del ´30 la edad media de las empresas familiares superaba los 100 años y hoy no pasa los 15. Así, mientras los estudios indican que este tipo de empresas está incrementando su peso en la economía, su tiempo de vida promedio ha disminuido notoriamente.
Ese es el motivo por el cual hay que lograr aumentar la longevidad de estas compañías, para que más de ellas puedan sobrevivir a las segundas y terceras generaciones. Sucede que estas firmas, sobre la base de la confianza, la lealtad y el buen vínculo, son las que garantizan la estabilidad del empleo, el bienestar y el crecimiento de los negocios.
Origen
La mayoría de las PYMES argentinas surgieron y aún surgen como empresas familiares. Así lo hicieron grandes compañías como Arcor, Molinos Río de la Plata o Tenaris. También es el caso de otras reconocidas empresas, creadas hace más de cien años y que aún hoy siguen siendo empresas familiares, como Rigolleau; Grimoldi; Yerba Mate Amanda; Cerámicas Alberdi; o Ledesma, entre otras.
En nuestro país, el sector del transporte vertical comprende más de 1000 empresas en actividad, pertenecientes al sector de fabricación, instalación y mantenimiento. El 85% de la venta e instalaciones de ascensores en todo el territorio argentino la realizan Pymes nacionales, que junto a las empresas encargadas de su mantenimiento, poseen más del 90% del mercado, lo cual muestra la importancia del hecho que las empresas familiares sigan profesionalizándose y jerarquizando el rubro para seguir creciendo y contribuyendo al progreso del país.
Para que este tipo de emprendimientos subsista y crezca, es necesario establecer protocolos y reglas claras que garanticen la armonía necesaria en el funcionamiento familia-empresa, sobre todo cuando se inicia la etapa del traspaso. Muchas veces, para conciliar posiciones, es útil incorporar consejeros externos.